A partir de la investigación narrativa sobre la experiencia de institucionalización de adolescentes en el sistema de protección, volvemos a pensar teórica y metodológicamente el vínculo educativo como dinamizador de la interacción entre esferas, redes y nudos con personas, instituciones y espacios que amplifican las relaciones de los adolescentes con el saber.
Cada profesional de la educación social instituye esculturas vinculares que, caso a caso y a partir de la singular red de cada adolescente, busca anudar lazos con la vida y con el aprendizaje, a la vez que intenta mitigar los efectos desubjetivantes del odio, la indiferencia y la humillación.