Gracias a la presencia constante de la Corriente de Humbolt, el mar peruano es excepcionalmente rico en nutrientes y ello favorece la proliferación de una gran biodiversidad marina. Esta abundancia biológica permitió el desarrollo de una próspera industria de explotación comercial; primero fue el guano de las islas, luego la anchoveta, después las ballenas, y finalmente, el calamar gigante. Lamentablemente cada caso terminó en una dramática sobreexplotación. Las ballenas se casaron en el mundo sin control hasta que en 1946 se fundó la Comisión Ballenera Internacional. Esta comisión, con sede en Inglaterra y en la cual participan 88 países, es la encargada de monitorear y vigilar la caza. Científicos de todo el mundo contribuyeron con sus investigaciones y los resultados sirven de guía para la conservación de las existencias de cetáceos.
Este hermoso libro materializa un valioso esfuerzo para acercar al público a las ballenas y su entorno. La obra, además de informar mediante rigurosas investigaciones e impactantes fotografías, revela en sus páginas la inabarcable y enigmática belleza del mundo marino. (1320)