CRUZ FLOREZ RODRIGUEZ / MIGUEL MARTIN SANCHEZ
Las democracias occidentales se enfrentan a graves amenazas externas. La polarización política, la incapacidad para afrontar los desafíos globales o el retroceso generalizado en los indicadores de calidad democrática son solo algunos de estos retos. Sin embargo, cada vez es más preocupante el auge de las amenazas internas, marcado por el crecimiento de los populismos y la desconfianza hacia las instituciones. Una vez que la democracia se instala en el terreno del cuestionamiento perpetuo, la cultura democrática corre el riesgo de perder su legitimidad. Para ello, es fundamental regresar a los valores que la sostienen: respeto a la diversidad y a la igualdad de todos. El papel institucional de la escuela está determinado por la cultura democrática, de la cual es protectora y reproductora. Sin embargo, una democratización de la educación mal entendida compromete la autoridad docente y, en consecuencia, la transmisión de la cultura democrática. Las relaciones entre docentes y discentes deben ser entendidas a la luz de la pedagogía. Solo así podemos garantizar el papel institucional de la escuela, así como la r