Desde la República, el mensaje es lo profano, difundido en las calles con estatuas y monumentos, donde próceres, héroes o acontecimientos históricos son representados con la finalidad de educar a la población en busca de una identidad patrias gracias a obras elaboradas en mármol, bronce o fierro, finos materiales a los que, a partir de la década de 1980, se añaden la resina y el concreto armado.