l joven Gaspar Masso -narrador y protagonista de esta novela- está decidido a labrarse un camino lejos de la tutela parental y resuelve marcharse a los Estados Unidos donde, a duras penas, sigue estudios de Arqueología y luego una maestría en Español. Un puesto como profesor en la enseñanza media en Burlington, Vermont, es la opaca coronación de sus afanes. Pero Gaspar también siente atracción por el mundo de los minerales, que aprendió de su padre, el médico y hacendado iqueño de quien ha heredado el nombre. El doctor Masso -a quien su hijo evoca como un explorador y un trotamontañas- es un apasionado del reino mineral que soñó con explotar, muchos años atrás, Inca Dormido, un socavón en las alturas de Huancavelica que resultó infecundo.
Impelido por las remembranzas y también, por las urgencias económicas, Gaspar se muda a Highgate, un pueblo en el extremo norte del estado, donde abre una tienda de piedras mágicas. Un buen día su rutina se ve trastocada por la aparición de Crystal, una joven encantadora que tiene la facultad de comunicarse con periespíritus.
Luis Hernán Castañeda nos conduce en esta, su décima entrega, por el universo fascinante de quienes horadan las montañas en pos de tesoros minerales. Explora, también, el conflicto entre un padre autoritario y un hijo que se resiste a ser un duendecillo más en el mundo de muquis habitado por aquel.
A la muerte de su padre el joven viajará al Perú acompañado de Crystal. En Ica los recibe Heliodoro, leal servidor del padre, quien les comunica la última voluntad de su patrón: ser enterrado en Inca Dormido. Emprenden, entonces, la expedición -un viaje azaroso, pleno de aventuras- hacia la antigua mina. Sin saberlo, el fantasmal cortejo se dirige hacia la fuente de energía, acaso mística, que emana de lo eterno.