Hablar de educación para el cuidado de la salud representa un reto importante para los profesionales de la salud, sobre todo en países que no cuentan con un desarrollo constante de políticas públicas, regulación y/o mejora de su educación en materia de salud. La promoción de la salud tiene sentido si podemos educar a la población para que la sociedad adquiera cultura en salud, lo que redundará en un aumento de los niveles de bienestar en la población, aprendiendo incluso a autocuidarse. Este proceso involucra a los profesionales de la salud y a otros de esencia humanista, cuyas acciones están encaminadas a lograr la comodidad y la salud de los seres humanos. Es importante considerar que debemos comenzar por hacer a la sociedad responsable de su propia salud, corrigiendo aquello que puede afectarla negativamente. La forma más segura de actuar es adquirir estilos de vida sanos. La educación para la salud tiene como finalidad la mejoría cualitativa de la persona, familia y comunidad, para la gestión de su propia salud con el ejercicio de estilos de vida saludables y buscando permanentemente mantener el equilibrio del organismo y de su entorno. El educador en salud debe ser un profesional que identifique el esfuerzo de la humanidad para evitar contraer enfermedades.
