Micaela Bastidas lideró, junto a Túpac Amaru II, la rebelión indígena más trascendente de América Latina, y luchó por lo que todavía era una utopía en el siglo XVIII: la independencia del Perú. Su nombre quedó grabado en las páginas de la historia, pero muchos detalles de su vida se fueron diluyendo con el paso del tiempo.