ras la crisis sanitaria que hemos vivido, en el año 2022, las solicitudes de refugio en la Unión Europea vuelven a aumentar considerablemente, por lo que las necesidades de refugio/asilo siguen produciéndose.
En su redacción, la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo adicional de 1967, no contemplan ningún componente de género ni hacen alusión a las diferentes formas de violencia que sufren las mujeres. A lo largo del tiempo, a pesar de que la Convención de 1951, no ha sido modificada, desde el año 2002, ACNUR establece que la persecución por motivos de género debe ser contemplada como supuesto tasado que habilite el reconocimiento de las mujeres refugiadas a través de una reinterpretación que incluya la lucha de la violencia contra las mujeres, en línea con lo dispuesto por diversos instrumentos internacionales de protección de derechos de las mujeres.
